Las alternativas de prevención de los accidentes de trabajo

Las alternativas de prevención de los accidentes de trabajo




Entre todas las alternativas de prevención de los accidentes de trabajo, sin duda alguna las propuestas por la Ergonomía sobresalen y se constituyen en las que cuentan con mayor probabilidad de conseguir resultados significativos.

La primera gran indicación de aplicabilidad de esta tecnología está en la concepción de sistemas con elevados niveles de confiabilidad, con máquinas y herramientas bien diseñadas, que no fallen, que no presenten grandes exigencias a sus operarios, con procesos de trabajo que no impliquen la existencia de situaciones de coactividad, con redundancia en los procesos comunicativos con unidades de socorro en caso de folla de cualquier naturaleza, que comprendan servo-mecanismos que informen al operador sobre cualquier disfunción, aún en las fases iniciales y, por tanto, más fácil de controlar.

Del mismo modo, se debe trabajar en el diseño de máquinas, herramientas y procesos de trabajo que comprendan posturas correctas de los operarios, sistemas de señalización compatibles con las características humanas, sistemas de respuestas que tengan en cuenta los estereotipos sociales de movimientos y de posición, con la compatibilidad entre movimientos de los diversos miembros, jornadas de trabajo compatibles con las capacidades físicas y mentales del operador (Nunes Sobrinho y De la Coleta, 1.982). No se habla aquí de capacidad -límite sino de capacidad situada en la zona de confort, que permita un "excedente" de capacidad no utilizada en el trabajo, pues la concepción de trabajos que exijan del operador la ejecución de tareas para las cuales debe emplear toda su capacidad de trabajo, durante todo el tiempo, significa fatiga, estrés, error, omisión o accidente. El trabajo no debe ser concebido para la capacidad - límite del hombre, puesto que, a través del tiempo y de la exposición a las tarcas, ella se deteriora, sin embargo en el caso de la capacidad llamada "confortable", en que el sujeto sea facultado para terminar su trabajo sin la sensación de quedar inhabilitado para la vida familiar y social, situación tan frecuente en nuestros días. Por otro lado, se debe procurar diseñar sistemas en que el operador humano está facultado con el derecho de cometer fallas, engaños, desatenciones, omisiones en la detección de señales, puesto que todos actúan así una vez que otra, todos son incapaces, más o menos, aquí o allí y además sean mínimas las posibilidades de estar involucrados en una situación de riesgo elevado, de sufrir lesiones graves.

Otro aspecto de suma importancia hace referencia no tanto a la concepción del sistema de trabajo (hombres y máquinas), sino al mantenimiento de su funcionamiento en niveles que puedan garantizar menores probabilidades de ocurrencia de incidentes perturbadores, con frecuencia seguidos de lesiones a los operadores. El mantenimiento de los sistemas incluye, por un lado, el control de los equipos, máquinas y otros componentes en cuanto a su desgaste, tiempo medio de vida útil y, por otro, el control del funcionamiento del elemento humano involucrado en estos sistemas a través del seguimiento personal, exámenes médico-odontológico-psicológicos periódicos, control de funcionamiento de los equipos de trabajo, de las relaciones interpersonales, de las dificultades socio-económico-familiares, de las desviaciones de naturaleza técnico-profesional, de la fatiga, de las dolencias, entre otros.

Actuando de este modo, se dar un paso importante en la humanización del trabajo, y la Psicología estará, al lado de otras ciencias, ofreciendo un gran campo de contribución a la prevención de los accidentes de trabajo y a la valoración del trabajador.